Fonda Henry. 1905+1982. Nebraska. EE UU. Fue la encarnación del americano tranquilo, heroico, solitario. De su cosecha propia redondeó a su personaje con algún rasgo inquietante, inseguro, tal vez reflejo de una vida personal y sentimental atormentada. Pero ante todo fue un grandísimo actor.

Comenzó en el teatro de aficionados, en 1929 llegó a Broadway y en 1935, ya una celebridad de la escena, debutaría en Hollywood, donde, tras pocos filmes, alcanzaría duradera notoriedad. Ya había hecho trabajos importantes, como en Blockade (1938, Dieterle, uno de los contados filmes estadounidenses sobre la guerra civil española), cuando, de la mano de John Ford, lograría sus más imborrables actuaciones: El joven Lincoln (1939), el inolvidable campesino de Las uvas de la ira (1940), el enamorado Wyatt Earp de La pasión de los fuertes (1946), el perseguido cura de El fugitivo (1947), el obcecado, autoritario coronel de Fort Apache (1948).

En los cincuenta se dedicó sobre todo al teatro, aunque también tuvo tiempo para bordar primorosas piezas en Doce hombres sin piedad (1957, Lumet) o Falso culpable (1957, Hitchcock). Con Leone. en un papel en las antípodas de su personaje. fue un sanguinario asesinc en Hasta que llegó su hora (1969). En 1980 recibió un oscar honorario, pero en 1981, con En el estanque dorado (Rydell), volvió a obtenerlo.