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Jesucristo o Jesús de Nazaret (c. 6/5 a. C.-c. 30 d. C.) Figura central de la fe cristiana, cuyo papel de «Hijo de Dios» y cuya obra redentora son tradicionalmente considerados creencias fundamentales para los seguidores del cristianismo; en el islam, como profeta, es considerado inferior sólo a Mahoma. «Cristo» quedó unido al nombre «Jesús» en círculos cristianos por la convicción de que era el Mesías judío («Cristo»). Jesús de Nazaret es descrito como el hijo de María y José, y se le atribuye una concepción milagrosa por obra del Espíritu Santo en los evangelios de Mateo y Lucas.

Nació al parecer en Belén hacia el 6/5 a. C. (antes de la muerte de Herodes el Grande en el 4 a. C.), pero inició su ministerio en Nazaret. Después de haber sido bautizado por Juan en el Jordán (quizá 28-29 d. C., Lucas 3, 1), reunió un grupo de doce seguidores íntimos o discípulos, siendo quizá el número simbólico de las doce tribus de Israel e indicativo del propósito cíe reformar la religión judía de su tiempo. Los principales relatos de su ministerio son los evangelios del Nuevo Testamento, que le muestran proclamando la llegada del reino de Dios, y en especial la aceptación de los oprimidos y los pobres en el reino. Actuó en los pueblos y campos de Galilea, más que en poblaciones y ciudades, y se le atribuyen en los relatos evangélicos muchas curaciones milagrosas, exorcismos y algunos milagros de la «naturaleza», como calmar la tempestad.

Estos relatos describen también conflictos con los fariseos sobre su ejercicio de una autoridad «profética» independiente, y especialmente sobre su proclamado perdón de los pecados; pero su arresto por parte de la jerarquía sacerdotal judía parece haber sido resultado más directamente de su actuación contra el Templo de Jerusalén. La duración de su ministerio público no es segura, pero es del Evangelio de Juan de donde se saca la impresión de un período de tres años de enseñanza. Fue ejecutado mediante crucifixión por orden de Poncio Pilatos, el procurador romano, quizá a causa de la inquietud que las actividades de Jesús estaban provocando. La fecha de su muerte es insegura, pero normalmente se considera que fue en el 30.

Relatos de su resurrección de entre los muertos se conservan en los evangelios, escritos paulinos y Libro de los Hechos; los Hechos y el Evangelio de Juan también se refieren a su subsiguiente ascensión a los ciclos. Los evangelios del Nuevo Testamento, en cuanto fuentes de la vida de Jesús. han sido sometidos a un considerable cuestionamiento histórico en la moderna crítica bíblica, en parte ante las diferencias entre los mismos relatos evangélicos (con las diferencias entre el Evangelio de Juan y los otros tres que a menudo arrojan dudas sobre el primero). La crítica de las formas ha prestado atención a las influencias que afectan a las tradiciones de Jesús en el período anterior a que fueran escritos los evangelios, y cuando las tradiciones estaban siendo transmitidas. principalmente en pequeñas unidades de forma oral. La crítica de la redacción, además, ha prestado atención al papel creativo de los evangelistas.

Algunos investigadores han sido pesimistas acerca de los esfuerzos por reconstruir la vida de Jesús a partir de las fuentes evangélicas, y han distinguido entre el «Jesús de la historia» y el «Cristo de la fe», siendo sólo el último significativo teológicamente para la fe. Investigadores más modernos han concedido con frecuencia más importancia al Jesús histórico para la fe cristiana, y se han realizado esfuerzos especialmente para presentar una hipótesis creíble sobre el Jesús histórico en los términos de la situación social, política y cultural del judaísmo de principios del siglo I. Referencias limitadas a Jesús se pueden encontrar también en obras del historiador judío Josefo y de los historiadores romanos Tácito y Suctonio. Otras tradiciones cristianas no canónicas circularon sobre Jesús, muchas de ellas tardías y probablemente espurias.