Cartel de la película Millennium I: Los hombres que no amaban a las mujeres

Millennium I: Los hombres que no amaban a las mujeres | 2009

Notas Pejinas, trozos de capítulos del libro relacionados con el tema puesto:

Prólogo, 1 de Noviembre. Flores.

El nombre latino era Leptospermum (Myrtaceae) rubinette. Se trataba de una planta bastante insignificante, con pequeñas hojas parecidas a las del brezo y una flor blanca, de dos centímetros, con cinco pétalos. En total tenía unos doce centímetros de alto.
La especie era originaria de los bosques y las zonas montañosas de Australia, donde crecía entre grandes matas de hierba. En Australia la llamaban Desert Snow. Más tarde, una especialista de un jardín botánico de Uppsala constataría que se trataba de una flor poco común, raramente cultivada en Suecia. En su informe, la botánica explicaba que la planta estaba emparentada con la Leptospermum flavescens y que a menudo se confundía con su prima, la Leptospermum scoparium, considerablemente más frecuente, que crecía por doquier en Nueva Zelanda. La diferencia, según la experta, consistía en que la Rubinette presentaba, en los extremos de los pétalos, un pequeño número de puntos microscópicos de color rosa, que le daban un tono ligeramente rosáceo.
En general, la Rubinette era una flor asombrosamente humilde. Carecía de valor comercial. No poseía ninguna propiedad medicinal conocida ni provocaba efectos alucinógenos. No era comestible, tampoco servía como condimento y resultaba inútil para fabricar tintes vegetales. En cambio, tenía cierta importancia para los aborígenes de Australia, quienes, por tradición, consideraban sagradas la región de Ayers Rock y su flora. Por lo tanto, el único objeto existencial de la flor parecía ser el de alegrar el paisaje con su caprichosa belleza.
En su informe, la botánica de Uppsala comentaba que si la Desert Snow era rara en Australia, en Escandinavia resultaba simplemente excepcional. No había visto jamás un ejemplar, pero, tras consultar a unos colegas, pudo saber que se habían realizado intentos de introducir la planta en unos jardines de Gotemburgo y que, quizá, a título individual, fuera cultivada en pequeños invernaderos por amantes de las flores y aficionados a la botánica. Las dificultades de su cultivo en Suecia se debían a que requería un clima suave y seco; además, debía estar en el interior durante la época invernal. El suelo calizo resultaba inapropiado y, por si fuera poco, necesitaba que el agua se le suministrara desde abajo, para que la absorbiera la raíz directamente. En fin, exigía muchas atenciones.

Capítulo 2, Viernes 20 de Diciembre. Imagen de Lisbeth Salander.

Sin embargo, la llamativa ausencia de compromiso emocional de Lisbeth Salander no era lo que más le molestaba. En el mundo empresarial la imagen resultaba fundamental, y la de Milton representaba una estabilidad conservadora. Salander encajaba en esa imagen tanto como una excavadora en un salón náutico.
A Armanskij le costaba hacerse a la idea de que investigadora estrella fuera una chica pálida de una delgadez anoréxica, pelo cortado al cepillo y piercings en nariz y en las cejas. En el cuello llevaba tatuada ana abeja de dos centímetros de largo. También se había echo dos brazaletes: uno en el bíceps izquierdo y otro e un tobillo. Además, al verla en camiseta de tirantes. Armanskij había podido apreciar que en el omoplato lucía un gran tatuaje con la figura de un dragón. Lisbeth era pelirroja, pero se había teñido de negro azabache. Solía dar la impresión de que se acababa de levantar tras haber pasado una semana de orgía con una banda de heavy metal.
En realidad, no tenía problemas de anorexia; de eso estaba convencido Armanskij. Al contrario: parecía consumir toda la comida-basura imaginable. Simplemente había nacido delgada, con una delicada estructura ósea-que le daba un aspecto de niña esbelta de manos finas, tobillos delgados y unos pechos que apenas se adivinaban bajo su ropa. Tenia veinticuatro años, pero aparentaba catorce.
Una boca ancha, una nariz pequeña y unos prominentes pómulos le daban cierto aire oriental. Sus movimientos eran rápidos y parecidos a los de una araña: cuando trabajaba en el ordenador, sus dedos volaban sobre el teclado. Su cuerpo no era el más indicado para triunfar en los desfiles de moda, pero, bien maquillada, un primer plano de su cara podría haberse colocado en cualquier anuncio publicitario. Con el maquillaje —a veces solía llevar, para más inri, un repulsivo carmín negro—, los tatuajes, los piercings en la nariz y en las cejas resultaba… humm… atractiva, de una manera absolutamente incomprensible.

Capitulo 17. Miercoles, 11 de Junio – Sábado, 14 de Junio. Citas de la Biblia.

La Luz de la Vida era precisamente el tipo de congregación que Erika y él —sin duda alguna y de muy buena gana— no vacilarían en denunciar en un sarcástico reportaje de Millennium. Decidió tratar el tema con la madre de Pernilla en cuanto tuviera ocasión.
Esa noche Pernilla durmió en la cama de Mikael; él, por su parte, se instaló en el arquibanco de la cocina. Se despertó con tortícolis y los músculos doloridos. Pernilla estaba ansiosa por seguir su viaje, de modo que Mikael preparó el desayuno y luego la acompañó a la estación. Les quedaba un rato antes de que saliera el tren, así que compraron café en Pressbyrán y se sentaron en un banco al final del andén para charlar un rato. Unos minutos antes de llegar el tren, Pernilla cambió de tema.
-No te gusta que me vaya a Skellefteá -le soltó de golpe.
Mikael no supo qué contestar.
No tienes por qué preocuparte. Tú no eres creyente, ¿verdad?
—No, supongo que no; por lo menos no lo que se entiende por un buen creyente.
-¿No crees en Dios?
—No, no creo en Dios, pero respeto que tú lo hagas. Todos necesitamos creer en algo.
Cuando el tren entró en la vía, se abrazaron durante mucho tiempo, hasta que Pernilla tuvo que subir al vagón. Al alcanzar la puerta se dio media vuelta.
—Papá, no pretendo evangelizarte. Por mí, eres libre de creer en lo que quieras; yo siempre te querré. Pero pienso que harías bien en continuar con tus estudios bíblicos.Qué quieres decir?
He visto las citas que tenías puestas en la pared.-dijo—. ¿Por qué son tan sombrías y neuróticas? Venga, un beso. Hasta pronto.
Lo saludó con la mano y desapareció. Mikael se quedó perplejo en el andén viendo salir el tren con dirección norte. Hasta que éste no desapareció en la curva no asimiló el significado del comentario de despedida; una sensación gélida invadió su pecho.
Mikael salió corriendo de la estación mirando su reloj. Faltaban cuarenta minutos para la salida dcl autobús a Hedeby. Sus nervios no soportarían una espera tan larga. Cruzó a toda prisa la plaza hasta la parada de taxis, donde encontró a Hussein con su dialecto de Norrland.
Diez minutos más tarde, Mikael pagó el taxi y entró inmediatamente en su estudio. El papel estaba pegado con celo sobre su mesa.

Magda — 32016 – Penas para los transgresores.
Sara — 32109 – Santidad de los sacerdotes, bodas y luto.
RJ-30112 –  Rito de los Holocaustos.
RL — 32027 – Penas para los transgresores.
Mari – 32018 – Penas para los transgresores.

Recorrió el cuarto con la mirada y cayó en la cuenta de dónde podía encontrar una Biblia. Se llevó el papel, buscó las llaves que había dejado en un cuenco de la ventana y se fue corriendo por todo el camino hasta la cabaña de Gottfried. Cuando bajó la Biblia de Harriet de la estantería, las manos casi le temblaban.
Harriet no había apuntado números de teléfono. Las cifras se referían a capítulos y versos del Levítico, el tercer libro del Pentateuco. La legislación de castigos.
(Magda) Levítico, capítulo 20, versículo 16:
Si una mujer se acerca a una bestia para unirse con ella, matarán a la mujer y a la bestia: ambas serán castigadas con la muerte y su sangre caerá sobre ellas.
(Sara) Levítico, capítulo 21, versículo 9:
Si la hija de un sacerdote se envilece a sí misma prostituyéndose, envilece a su propio padre, y por eso será quemada.
(RJ) Levítico, capítulo 1, versículo 12:
Luego, lo despedazará en porciones, y el sacerdote las dispondrá, con la cabeza y el sebo, encima de la leña colocada sobre el fuego del altar.
(RL) Levítico, capítulo 20, versículo 27:
El hombre o la mujer que consulten a los muertos o a otros espíritus, serán castigados con la muerte: los matarán a pedradas, y su sangre caerá sobre ellos.
(Mari) Levítico, capítulo 20, versículo 18:
Si un hombre se acuesta con una mujer en su período menstrual y tiene relaciones con ella, los dos serán extirpados de su pueblo, porque él ha puesto al desnudo la fuente del flujo de la mujer y ella la ha descubierto.
Mikael salió y se sentó en el porche de la cabaña. Ya no cabía duda de que Harriet se refería a esas citas cuando escribió aquellos números en su agenda. Cada una de ellas estaba meticulosamente subrayada en la Biblia de Harriet. Mientras escuchaba los trinos de los pájaros que cantaban en la cercanía encendió un cigarrillo.
Tenía los números. Pero no los nombres. Magda, Sara, Mari, RJ y RL. De repente, el cerebro de Mikael dio un salto intuitivo y un abismo apareció ante él. Se acordó del holocausto de Hedestad del que le habló el inspector Gustaf Morell. El caso Rebecka, a finales de los años cuarenta, la chica que fue violada y asesinada poniéndole la cabeza encima de ardientes brasas: «Luego, lo despedazará en porciones, y el sacerdote las dispondrá, con la cabeza y el sebo, encima de la leña colocada sobre el fuego del altar». Rebecka. RJ. Cómo se llamaba de apellido?.
-En el nombre de Dios, ¿en qué había estado metida Harriet.

Capítulo 20 – Martes 1 de Julio – Miercoles, 2 de Julio.

1949 — Rebecka Jacobsson, Hedestad (30112)
1954 — Mari Holmberg, Kalmar (32018)
1957 — Rakel Lunde, Landskrona (32027)
1960 — (Magda) Lovisa Sjoberg, Karlstad (32016)
1960 — Liv Gustaysson, Estocolmo (32016)
1962 – Lea Persson, Uddevalla (31208)
1964 — Sara Witt, Ronneby (32109)
1966 — Lena Andersson, Uppsala (30112)

Capítulo 20 – Martes 1 de Julio – Miercoles, 2 de Julio. Nombres Judíos.

Hay otra conexión entre las víctimas —soltó Mikael de buenas a primeras—. A lo mejor ya has pensado en ello.
-¿Cuál ?
Los nombres.
Lisbeth Salander reflexionó un instante. Luego negó con la cabeza, dando a entender que no lo entendía.
Todos los nombres son bíblicos    le aclaró él.
—No es verdad —se apresuró a decir Lisbeth—; ni Liv ni Lena están en la Biblia.
Mikael negó con la cabeza.
—Te equivocas. Liv significa `vida’, que es el significado bíblico de Eva. Y ahora estrújate el cerebro, Sally: ¿de qué es abreviatura Lena?
Lisbeth Salander cerró los ojos indignada y se maldijo por dentro. Mikael había sido más rápido que ella. Y eso no le gustó nada.
—Magdalena —pronunció.
—La prostituta, la primera mujer, la virgen María… están todas. Todo esto resulta tan descabellado que a un psicólogo se le haría la boca agua. Pero la verdad es que estaba pensando en otra cosa relativa a los nombres.
Lisbeth esperaba pacientemente.
—También son nombres tradicionales judíos. La familia Vanger ha dado al mundo un grupo más que considerable de fanáticos antisemitas, de nazis y de teóricos de la conspiración. Harald Vanger tiene ahora más de noventa años, pero en los años sesenta estaba en su mejor momento. La única vez que me encontré con él, me espetó que su propia hija era una puta. Al parecer, tiene problemas con las mujeres.

Capítulo 22 – Jueves 10 de Julio. Encuentro con los pastores.

Luego levantó la vista y, mirando a Mikael, le preguntó quién era. Mikael volvió a presentarse y el viejo se quedó meditando otro rato más. Finalmente movió negativamente la cabeza con un gesto irritado.
—Todavía está buscando la verdad. Ha de tener cuidado y tú debes advertirla.
¿ De qué?
El pastor Falk se alteró. Sacudió la cabeza con el ceño fruncido.
—Debe leer sola scriptura y entender sufficientia scripturae. Sólo de esa manera podrá mantener la sola fide. José los excluyó definitivamente. Nunca estuvieron recogidos en el canon.
Mikael no entendió nada, pero lo apuntó todo aplicadamente. Luego el pastor Falk se inclinó hacia Mikael y le susurró en tono confidencial:
—Creo que es católica. Siente fascinación por la magia y sigue sin encontrar a su Dios. Hay que guiarla.
Al parecer, la palabra «católica» encerraba un matiz negativo para el reverendo.
—Yo creía que estaba interesada por el movimiento pentecostal.
No, no; los pentecostales no. Ella busca la verdad prohibida. No es una buena cristiana.
Acto seguido, el pastor pareció olvidarse tanto de Mikael como del tema y se puso a hablar con uno de los demás pacientes.
Pasadas las dos de la tarde, Mikael ya estaba de vuelta en la isla de Hedeby. Se acercó hasta la casa de Cecilia Vanger y llamó a la puerta sin éxito alguno. Intentó localizarla mediante el móvil, pero no obtuvo respuesta.
Instaló un detector de humos en la cocina y otro en el recibidor. Colocó un extintor junto a la cocina de hierro, al lado de la puerta del dormitorio, y el otro cerca del baño.
Después se preparó el almuerzo —café y sándwiches—, se sentó en el jardín e introdujo en su iBook las notas de la conversación mantenida con el pastor Falk. Meditó un buen rato y luego levantó la vista hacia la iglesia.
La nueva casa rectoral de Hedeby era un chalé moderno normal y corriente, situado a tiro de piedra de la iglesia. A eso de las cuatro, Mikael llamó a la puerta de la casa de la pastora Margareta Strandh y le explicó que venía a pedirle consejo sobre un asunto teológico. Marga-reta Strandh, una mujer morena de su misma edad, le abrió en vaqueros y camisa de franela. Iba descalza y llevaba las uñas de los pies pintadas. Había coincidido con ella en el Café de Susanne un par de veces en las que hablaron del pastor Falk. Recibió a Mikael amablemente y le invitó a sentarse en el jardín.
Mikael le contó que acababa de ver a Otto Falk y le comentó lo que éste le había dicho, cuyo significado no entendía. Margareta Strandh escuchó y luego le pidió que repitiera con exactitud las palabras pronunciadas por Falk. Ella se quedó pensativa un instante.
—Llegué a Hedeby hace sólo tres años y la verdad es que no conozco personalmente al pastor Falk. Se jubiló varios años antes, pero tengo entendido que se trataba, en el amplio sentido de la palabra, de un hombre bastante ortodoxo. Lo que te ha dicho significa, más o menos, que hay que atenerse a las Escrituras y nada más (sola scriptura) y que la Biblia es sufficientia scripturae. Esto último es una expresión que establece la suficiencia de las Escrituras entre los creyentes muy ortodoxos. Sola fide significa «la fe única» o «la fe pura».
Entiendo.
—Son, por decirlo de alguna manera, dogmas fundamentales. Constituyen la base de la Iglesia, y lo cierto es que no tiene nada de raro. Las palabras de Falk se traducirían simplemente como «Lee la Biblia: te da suficientes conocimientos y te garantiza la fe pura».
Mikael se sintió un poco avergonzado.
Pero ahora debes contarme en qué contexto se ha producido esa conversación.
Le he preguntado sobre una persona que él conoció hace muchos años y sobre la que yo escribo.
¿Alguien que está buscando respuestas religiosas?
Algo así.
—De acuerdo; creo que lo entiendo. Falk ha dicho dos cosas más: que «José los excluyó categóricamente» y que «nunca estuvieron recogidos en el canon». ¿Es posible que lo oyeras mal y que dijera Josefus en vez de José? En realidad, se trata del mismo nombre.
Es posible —dijo Mikael—. He grabado la entrevista; si quieres escucharla…
No, no creo que sea necesario. Estas dos frases determinan de manera bastante clara a qué se refería. Josefus era un historiador judío y la frase «nunca estuvieron recogidas en el canon» debe referirse a que nunca estuvieron incluidas en el canon hebreo.
—dY eso qué quiere decir?
Ella se rió.
El pastor Falk te ha dicho que esta persona sentía fascinación por las fuentes esotéricas, en concreto por los apócrifos. La palabra apokyphos significa `oculto’ y los apócrifos son, por lo tanto, los libros ocultos que unos tachan de muy controvertidos y que otros consideran que deben formar parte del Antiguo Testamento. Son los libros de Tobías, Judit, Ester, Baruc, la Sirácida, los Macabeos y algunos más.
Perdona mi ignorancia. He oído hablar de los apócrifos, pero nunca los he leído. ¿Qué tienen de especial?
—En realidad, nada; tan sólo el hecho de que fueron escritos un poco más tarde que el resto del Antiguo Testamento. Por eso los apócrifos se han eliminado de la Biblia hebrea; no porque los escribas judíos desconfiaran de su contenido, sino simplemente porque se escribieron después de que las revelaciones de Dios hubieran concluido. En cambio, los apócrifos se incluyen en la vieja traducción griega de la Biblia. Para la Iglesia católica, por ejemplo, no son polémicos.
Entiendo.
Sin embargo, para la Iglesia protestante son sumamente controvertidos. Durante la Reforma, los teólogos volvieron a la antigua Biblia hebrea. Lutero sacó los apócrifos de la Biblia de la Reforma y más tarde Calvino declaró que los apócrifos no podían constituir, en absoluto, la base de la fe. O sea, contienen textos que contradicen o que, de alguna manera, no aceptan lo dicho en la Claritas Scripturae, la claridad de las Escrituras.
—En otras palabras: libros censurados.
Exacto. Los apócrifos sostienen, por ejemplo, que se puede practicar la magia, que la mentira puede ser permitida en ciertos casos y afirmaciones por el estilo, cosa que, naturalmente, crispa a los exégetas dogmáticos de las Escrituras.
—Entiendo. Así que si alguien se entusiasma por la religión, no resulta del todo impensable que los apócrifos aparezcan en su lista de libros de lectura, para gran indignación de alguien como el pastor Falk.
—Exactamente. Resulta casi imposible no toparse con los apócrifos si te interesa la Biblia o la fe católica; y es igual de probable que alguien interesado en temas esotéricos los lea.
~No tendrás por casualidad algún ejemplar de los apócrifos?
Se volvió a reír. Una risa clara, amable.
Naturalmente. De hecho, los apócrifos fueron publicados como un informe oficial estatal, realizado por la Comisión Bíblica en los años ochenta.

Millennium I: Los hombres que no amaban a las mujeres…Stieg Larsson .

Publicado por

Laredo

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