Título: Los Commitments – The Commitments
Director: Alan Parker
Actores: Robert Arkins – Michael Aherne – Colm Meaney – Angeline Ball – Maria Doyle – Kennedy – Dave Finnegan – Bronagh Gallagher – Félim Gormley – Glen Hansard – Dick Massey – Andrea Corr – Johnny Murphy – Andrew Strong – Kenneth McCluskey – Anne Kent
Año: 1991
País: Irlanda – Reino Unido – Usa
Citas en la película: Salmo 98:1
Notas: Finales de los 80, Dublín (Irlanda) Jimmy Rabbitte, joven parado Dublinés, decide crear un grupo musical LEER MÁS Y VER VIDEO GRATIS… »
Filmoteca online de Cine musicalCine musical gratisTipo específico de película norteamericana que se centra en la canción y el baile. Los EE.UU. ya eran una nación musical con su teatro musical de Broadway (el precursor de este tipo de cine), la música radiofónica y la emergente industria discográfica. Con la llegada del sonido, el sistema de los estudios de Hollywood estaba dispuesto a utilizar sus finanzas y su tecnología para crear un mundo de música que nunca antes se había visto ni oído. Si el cine de Hollywood ya se había consolidado como una fábrica de sueños, ¿qué mejor forma de evasión de la realidad y de los años de la Depresión para el espectador que imaginarse a sí mismo como la gente de extraordinario talento que aparecía en la pantalla? Muchas tramas reforzaban este sueño contando historias de personas anónimas que, de repente, al canzaban el estrellato, o de un grupo de «chicos» decentes con talento que luchaban por representar el gran espectáculo. El cantor de jazz (The Jazz Singer, 1927), el primer largometraje con sonido, podría considerarse el primer musical, al incluir varias canciones, pero la película carecía de los obligatorios números musicales y enfatizaba el drama más que la música. Tres tipos de musicales predominaron en los primeros tiempos del sonido: el musical de Broadway adaptado del teatro al cine, como Rio Rita (Río Rita, 1929), dirigido por Luther Reed, y Showboat (Magnolia, 1929); la revista musical, que mostraba a cantantes, bailarines y cómicos famosos, como, por ejemplo, Hollywood Revue (The Hollywood Revue of 1929) y Galas de la Paramount (Paramount on Parade, 1930) y el musical dentro del musical, que utilizaba una historia en torno a artistas como excusa para la canción y el baile; Melodías de Broadway (Broadway Melody, 1929), de Harry Beaumont, es la película que dio inicio a esta tradición. La calle 42 (42nd Street, 1933), dirigida por Lloyd Bacon, con su trama de musical dentro del musical que incluía la sustitución en el último minuto de la estrella protagonista por una desconocida, señala el camino para la evolución de este último tipo de musical. Los números de producción de esta película los puso en escena Busby Berkeleyen un estilo imposible de representar en ningún escenario. Decorados elaborados, grandes cantidades de bailarinas coreografiadas con precisión, forman do figuras increíbles, una cámara móvil que filmaba estas figuras desde diversas posiciones, incluyendo los famosos planos cenitales; todos éstos se convirtieron en elementos estándar en una serie de películas que Berkeley coreografió para Warner Brothers, incluyendo las películas de Vampiresas (Gold Diggers) de 1933, 1935 y 1937. También fueron populares los musicales de opereta, especialmente los protagonizados por Jeanette MacDonald y Nelson Eddy, empezando por Marietta la traviesa (Naughty Marietta, 1935), dirigida por W. S. Van Dyke en 1935, mientras que El mago de Oz (The Wizard of Oz, 1939), dirigida por Victor Fleming, ha seguido gozando de la predilección del público hasta la actualidad. Quizá los musicales más encantadores de este periodo, y los que parecen menos envejecidos, sean los pertenecientes a la serie de películas que hicieron Fred Astaire y Ginger Rogers para la RKO, empezando por Volando hacia Río de Janeiro (Flying Down to Rio, 1933), de Thornton Freeland. En los años de la posguerra se asistió al predominio de la MGM en el ámbito del cine musical con una serie de lujosas obras en Technicolor producidas por Arthur Freed. Con placer e inspiración, controladas, sin embargo, por el gusto y la inteligencia, la MGM produjo esta serie de películas en color que albergaban el optimismo de los años de pos guerra antes de la llegada de los miedos y el estancamiento de los años cincuenta. Vincente Minnelli dirigió para la MGM películas como Meet Me in St. Louis(Cita en St. Louis, 1944), El pirata (The Pirate, 1948) y Un americano en París (An American in Paris, 1951), ésta con música de George Gershwin. Estas dos últimas películas las protagonizó el bailarín Gene Kelly, que aportó una considerable cantidad de energía e imaginación al musical. Siete novias para siete hermanos (Seven Brides for Seven Brothers, 1954), una producción de MGM en CinemaScope que incluía la brillante coreografía de Michael Kidd, sigue siendo un musical clásico a pesar de sus posiciones bastante anticuadas respecto a las relaciones entre el hombre y la mujer. Los años sesenta empezaron con algunos musicales de éxito extraordinario y terminaron casi con el derrumbamiento del género. La impresionante y conmovedora West Side Story (1961), de Robert Wise, la muy sofisticada y entretenida My FairLady (1964), dirigida por George Cukor, la empalagosa pero en ocasiones emocionante Sonrisas y lágrimas (The Sound of Music, 1965), también dirigida por Robert Wise, y Mary Poppins (1964), dirigida por Robert Stevenson, de la Disney Corporation, fueron todas tan caras y lucrativas que tentaron a los estudios a continuar con musicales como Vampiresas 1933(1933), dirigida por Mervyn Le Roy, incluye la coreografía caleidoscópica de Busby Berkeley. generosamente financiados, muchos de los cuales fracasaron en taquilla. Desde la llegada de la televisión el público de cine era inestable, y la producción cinematográfica se había hecho enormemente cara. Los estudios que podían financiar cómodamente este tipo de cine habían desaparecido. El musical como género cinematográfico estaba en suspenso, en gran medida. Pero, como los musicales explotan al máximo las posibilidades del medio, con su apasionante utilización del sonido y la imagen, de vez en cuando se realizaban este tipo de películas y algunas tenían éxito, en parte porque avanzaban en nuevas direcciones. La inteligente y sensible adaptación de Milos Forman del musical teatral Hairen 1979 consiguió transmitir mediante música y baile las alegrías y frustraciones de los jóvenes de los turbulentos años sesenta y primeros setenta, y Bob Fosse ofreció en Cabaret (1972) y en su autobiográfica Empieza el espectáculo(AllThat Jazz, 1979) algunos de los mejores momentos dramáticos y de los números de baile más sugerentes de todo lo habido y por haber en el cine musical. Biografías musicales como Quiero ser libre (Coal Miner’s Daughter, 1980) de Michael Apted, dramas musicales como Flashdance (1983), de Adrian Lyne, y películas de animación de Disney como La bella y la bestia (Beauty and the Beast, 1991), dirigida por Gary Trousdale y Kirk Wise, se podrían considerar como parcialmente musicales, pero, en honor a la verdad, hay que decir que, desde las películas de Bob Fosse, ningún musical en sí notable ha embellecido la pantalla de cine. La causa de este eclipse bien puede ser que la abundancia de vídeos de rock disponibles en televisión y en cinta de vídeo le haya arrebatado a este tipo de cine una gran parte de su público potencial. Mucha de esta música rock se ha infiltrado en las salas de cine en forma de música para películas, desplazando hasta cierto punto a ésta del centro de la película, convirtiéndola un poco en ambiente cultural de la película y en un comentario sobre la marcha en torno a las imágenes. Título: La cabaña del tío Tom – Onkel Toms hütte – Uncle Tom’s Cabin Otras películas de la filmoteca de Cine musical >> |